13 de octubre de 2012

EL CUENTO DE NUNCA ACABAR

Erase una vez, en una provincia abandonada por la Administración, una empresa de transporte de viajeros por carretera llamada "Transportes a Pedales Gomez S.A.". Esta empresa líder en su sector en la provincia, estaba gestionada por gente sin escrúpulos y sin ningún sentido del negocio más allá del estrictamente económico, es decir ganar lo máximo en el menor tiempo posible sea como sea. La empresa pertenecía a un grupo formado por empresas constructoras, financieras e inmobiliarias cuyo accionista mayoritario era la fundación "Olegario Gomez", forjada durante la transición cuando el transporte era la mejor opción de hacer dinero como el chocolate "negro". 
Los trabajadores de la empresa, llevaban años escuchando que la empresa iba mal, que tenía perdidas, que no podía pagar los sueldos astronómicos de los trabajadores, que el precio del combustible estaba por las nubes y que los costes no dejaban margen de beneficio alguno. Sorprendentemente, la empresa pese a todos estos problemas, seguía adelante año tras año, firmando convenios y pagando  sueldos "estratosfericos a directores carroñeros" que se iban sucediendo uno tras otro sin solucionar los "problemas"
Los miembros del Consejo de Administración, responsables directos de la empresa, pasaban olímpicamente de estas pequeñeces, se reunían una vez al año, acordaban sus retribuciones por razón de cargo, y se embolsillaban anualmente decenas de miles de euros (total que mas da millón mas o millón menos de perdidas, si sabemos que solo es cuestión de números y para eso están los economistas). Así año tras año, ejercicio tras ejercicio, el negocio de la empresa de transporte servía para  "equilibrar" otras empresas del grupo generadoras de grandiosos beneficios procedentes del emergente "ladrillo"
Total que el salario de "un currela del Ultimo escalón" con todos sus complementos a jornada completa que oscilaba en torno a los 1.200 euros, era un disparate frente a los 67.000 euros que cobraban los responsables de que el negocio fuera bien. Entonces decidieron contratar a un experto en el sector que pusiera fin a tales disparates y tras años de búsqueda en la mejores empresas del sector, uno de los gerifaltes del grupo, "Alonso Maraca, se cogió un día la pilila con la cremallera de la bragueta, ya se sabe con la próstata estaba "tol día liao", y el dolor fue tan intenso que tuvo una visión. La solución esta dentro no fuera. 
Entonces creyendo que la visión se refería al cargo de director de la empresa de transportes, ascendió a uno de sus administradores, cuando la visión era por lo de la pilila. Ahí empezó a ir todo de mal en peor, "Maraca" puso el negocio en manos de "Johny dea dela asunto", e hizo como Pilatos, se lavó las manos y se preocupó solo de su bragueta.
Johny "experto" en la materia hizo una ecuación simple si a+b=c y c-b=a entonces a+c= x, o sea que si el gas oil sube y el precio de los billetes no, solo  tenemos que rebajar los sueldos para ganar mas beneficios en vez de comernos el coco buscando mas negocio. Es mas si dejamos de comprar vehículos y vendemos el patrimonio que tenemos, cambiamos el dinero de bolsillo pagándonos los alquileres de las instalaciones y seguimos con pérdidas, pero seguimos ganando tela de dinero, ¿sencillo no?, pues apaga y vámonos.
Claro los currelas no son tontos y decidieron emprender acciones judiciales, ojo ,que no es morder la mano que te da de comer, y demandaron los incumplimientos reiterados de la "Empresa Pedales Gomez"S.A..
Los tribunales les daban la razón sentencia tras sentencia pero claro esto iba en contra de los proyectos de "Johny dea dela asunto", que estudió en Jarbar (prestigiosa universiá famosa de la Janda Litoral), y tomo la decisión de elaborar una lista negra, negra, negra. La lista estaba formada por los trabajadores que habían demandado sus derechos y cursó orden a sus diferentes departamentos afines a sus ordenes para que castigasen a estos insurrectos, nombrándoles los peores servicios y limitando sus jornadas para que no tuviesen ingresos extras por dietas, horas, etc......
Y colorín, colorín, colorado, este cuento aún, no ha acabado, porque en esta fábula, los caperucitos verdes terminan comiéndose a los lobos coloraos. 

1 comentario:

rougo dijo...

Y Johny dejó de vender molletes artesanos y "pa salir del paso" vendió a todo un colectivo.